Una cálida bienvenida familiar

Anfitriones apasionados

¡La historia de cómo nos enamoramos del Gard!

Somos una familia de 6: Maurice, Véronique y 4 hijos: Sébastien, Emilie, Valentin y Benjamin. Somos originarios de Saboya, de donde nos fuimos en 2006 para instalarnos en el Gard. Decidimos dedicarnos al alquiler de casas rurales cuando tuvimos a nuestros 2 últimos hijos (¡¡gemelos!!). Para conciliar trabajo y familia, decidimos dejar nuestros trabajos, mudarnos y cambiar de vida. Elegimos la región porque nos enamoramos de ella en unas vacaciones anteriores. En cuanto a nuestra elección de profesión, fue la convivencia, el compartir, los encuentros… lo que nos atrajo.

Véronique & Maurice
Sus anfitriones en Les Olivettes
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La historia de mi pueblo

Llegamos en 2006 y nos hicimos cargo de unas casas rurales ya existentes. Las regentaban moteros alemanes, así que no había publicidad en Francia. Al final, pusimos en marcha el negocio como si lo hubiéramos creado nosotros. Tuvimos muchas dificultades al principio, ya que los edificios eran antiguos y había que reconstruirlos con bastante rapidez, y estábamos descubriendo el funcionamiento de este negocio, que era nuevo para nosotros. Teníamos miedo de imponernos a nuestra estructura. Debo decir que nos llevó varios años sentirnos como en casa y dominar el arte de acoger a los veraneantes en nuestros alojamientos. A pesar de las pruebas y tribulaciones, hemos tenido muchas satisfacciones, entre ellas ver a nuestros clientes volver con regularidad.

Mis pasiones

El espíritu de nuestro pueblo es familiar. Los turistas se sienten como en casa. No hay presión para participar en actividades. Durante la temporada alta, ofrecemos competiciones de petanca, veladas temáticas (barbacoa, paella) y excursiones (Pont du Gard, Fééérie des Eaux). Algo en lo que hemos hecho hincapié es en el desayuno. Es la ocasión de reunirse, charlar, compartir y hacer nuevos amigos en torno a nuestras tartas caseras, muy apreciadas por todos. Algunos incluso nos consideran parte de su familia.

Mi afiliación a Villages de Gîtes

Nos unimos a la red para no quedarnos aislados y solos, mientras que la asociación de pueblos con autoservicio nos da la oportunidad de compartir y discutir los problemas. Al final, te das cuenta de que todo el mundo tiene las mismas preocupaciones y las mismas alegrías, y te sientes reconfortado. Hay mucha generosidad en esta asociación, y es una verdadera aventura humana formar parte de los Villages de Gîtes.

Mis casas rurales favoritas

Les Gîtes du pêcheur en Erquy, en Bretaña: magníficos paisajes y preciosas casas rurales.

Anécdotas navideñas

El año pasado, 2 familias de clientes habituales (que se han convertido en amigos), que se alojan durante 2 semanas, querían tomar un aperitivo con nosotros de vez en cuando. No hubo problema. Y así fue como funcionó: todas las noches comíamos juntos. Cada uno trae algo y compartimos verdaderos momentos de convivencia. Los recién llegados se unieron. Y cuando nos íbamos, esto es lo que nos dijeron: ¡el año que viene empezaremos desde el primer día!

Convivencia y autenticidad

valores compartidos por nuestros huéspedes